Hoy iba en el tranvía, temprano, de camino a clase. Todo normal. Gente de pie, sentada, mochilas, maletines y abrigos cuando de pronto...frenazo en seco con el correspondiente traspiés de la gente de pie, sentada, sus mochilas, maletines y abrigos. Risas nerviosas (cuando uno se cae le importa más la vergüenza que el daño) y "entschuldigungs" por todas partes.
El Tram ha seguido su ruta y ha sido entonces cuando me he dado cuenta. Todo olía mucho mejor, el vagón del tranvía olía a fragacias-de-frescor-mañanero, y ahí he enunciado para mí mismo mi segunda reflexión: La gente al agitarse huele.
Evidentemente doy gracias de que haya sido por la mañana con las colonias recién puestas y todos duchaditos y aseados.
moraleja: por la tarde vuelve dando un paseo. Tu hermanita redondita.
ResponderEliminar